El procedimiento monitorio es una vía judicial utilizada para reclamar el pago de una deuda concreta que está vencida y exigible. Por lo general, este tipo de procesos se relaciona con préstamos personales, microcréditos o tarjetas revolving que aún no han sido pagadas o que se han dejado de pagar algunas cuotas.

En los casos de oposición a un proceso monitorio relacionado con contratos de tarjetas de crédito, suele ser difícil impugnarlos. Estos procesos de reclamación de deudas son rápidos y eficientes debido a varias razones, entre las cuales se encuentra la limitación de las causas de oposición.

¿Qué es un proceso monitorio?

El proceso monitorio es un tipo de procedimiento judicial reconocido en nuestro sistema legal para reclamar deudas de manera rápida y eficiente.

El monitorio es un proceso ágil y efectivo diseñado específicamente para la reclamación de deudas. En este procedimiento, solo se celebrará una vista si el deudor se opone a la demanda. En caso contrario, se le otorgará un plazo de 20 días para que pague la deuda, y si no lo hace, el demandante podrá solicitar la ejecución de sus bienes.

Sin embargo, para que una deuda sea susceptible de ser reclamada a través del proceso monitorio, debe cumplir ciertos requisitos:

• Debe ser líquida, es decir, debe conocerse su cuantía o ser calculable.
• Debe ser determinada, lo que implica que se conozca su importe de manera precisa.
• Debe estar vencida, es decir, el plazo de pago debe haber expirado sin que el deudor haya realizado el pago.
• Debe ser exigible, lo que significa que el acreedor tiene derecho a reclamar su pago.

Desde 2011, no hay límite de cuantía para las deudas que se pueden reclamar a través del proceso monitorio. Además, si la deuda no supera los 2.000 euros, se puede iniciar el procedimiento sin la necesidad de contar con un abogado.

No obstante, es recomendable tener asistencia jurídica desde el inicio del proceso. De esta manera, el abogado estará familiarizado con el caso desde el principio y podrá responder adecuadamente en caso de que haya una oposición.

En resumen, el proceso monitorio es el método más comúnmente utilizado para reclamar deudas que cumplen con los requisitos establecidos. Estas deudas suelen estar documentadas en facturas, recibos, albaranes, entre otros.

¿Es posible oponerse a un proceso monitorio por tarjeta revolving?

En principio, el deudor solo puede oponerse al monitorio si alega que la deuda no existe o si considera que la cantidad reclamada no es correcta. Además, también puede oponerse al monitorio si alguna de las cláusulas utilizadas para determinar la cantidad de la deuda es considerada nula. Este último caso es especialmente común en las tarjetas revolving.

Sin embargo, hay otro motivo de oposición que es frecuente y que deseamos abordar hoy. Se trata de la falta de presentación de la documentación que respalde la reclamación. Para que el procedimiento monitorio tenga éxito, el acreedor debe demostrar que existe una deuda líquida, claramente determinada, vencida y exigible.

El proceso monitorio en contratos de tarjetas de crédito

Entre las deudas que cumplen con los requisitos para acceder al proceso monitorio se encuentran aquellas derivadas de tarjetas de crédito. Por lo general, para reclamar una deuda, es necesario seguir dos pasos:

1. Declarar y cuantificar la deuda: En esta etapa, se recurre a juicios declarativos, ya sean verbales u ordinarios, dependiendo de la cuantía de la deuda. Durante este proceso, el juez verificará la existencia de una deuda exigible y determinará su importe.
2. Ejecutar la deuda: Una vez declarada la deuda, si el deudor no paga voluntariamente, se puede recurrir a un proceso ejecutivo. El objetivo de estos procedimientos es ejecutar el patrimonio del deudor, ya sea embargando su dinero o subastando sus bienes para hacer frente al pago de la deuda declarada.

El proceso monitorio permite acortar este camino, siempre y cuando la deuda sea líquida, determinada, vencida y exigible. Sin embargo, el acreedor debe demostrar que se cumplen estos requisitos.

En el caso de las deudas derivadas de tarjetas de crédito, demostrar la existencia de la deuda, su cuantía y su fecha de vencimiento suele ser relativamente sencillo. Basta con presentar documentación que justifique las disposiciones realizadas por el cliente. Precisamente por esta razón, las deudas contraídas en el marco de contratos de tarjetas de crédito suelen reclamarse a través del proceso monitorio.

Sin embargo, en muchas ocasiones, las entidades financieras reclaman estos impagos sin aportar la documentación necesaria para respaldar la deuda. ¿Qué sucede en esos casos?

Básicamente, se deniega el acceso al proceso, ya que no se puede demostrar la existencia o la cuantía de la deuda. Por lo tanto, es crucial que la entidad financiera presente la documentación necesaria. En caso contrario, el deudor puede oponerse a la reclamación.

Qué efectos tiene la oposición al monitorio de tarjetas revolving del banco

Cuando un cliente realiza la oposición al proceso monitorio iniciado por la entidad que reclama el pago de la deuda, existen diferentes resultados que puede lograr:

1. Reducción de la deuda: En caso de que se demuestre que la deuda es incorrecta, no está debidamente justificada, contiene intereses usureros o cláusulas abusivas en el contrato, el cliente puede conseguir que se reduzca la cantidad adeudada.
2. Se archiva el procedimiento: Si el cliente logra demostrar que no se cumplen los requisitos legales necesarios para el proceso monitorio o que no se ha justificado correctamente la cesión de la deuda, es posible que se archive el procedimiento y se desestime la reclamación.

Entre las consecuencias más comunes derivadas de la oposición al monitorio, se encuentra la reducción de la deuda al eliminar los intereses acumulados que se consideran usurarios o abusivos. En estos casos, se revisa la cuantía de la deuda y se eliminan los intereses excesivos, ajustando la deuda a una cantidad más justa y equitativa.

Es importante destacar que cada situación y caso particular puede variar, y el resultado de la oposición dependerá de las circunstancias específicas y de las pruebas presentadas por ambas partes involucradas en el proceso.

Lo que está claro es que si te llega una demanda de «procedimiento monitorio» nunca debes dejarla pasar. Hay que contestarla. Y aunque la cuantía reclamada sea inferior a 2.000€, siempre es recomendable el asesoramiento de un abogado.

 

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